No sé cuánta gente leerá mi blog, pero yo lo dejo para el que se quiera enterar.
Al principio pensaba que no tenía por qué saberlo la gente que no me conociera, qué les importaba a todos ellos. Sólo quería decírselo a las personas más importantes para mí porque de hecho les iba a afectar indirectamente también. Pero finalmente, me di cuenta de que no tenía que controlar a quién decírselo y a quién no, en un futuro podría hacer nuevas amistades que también me interesaría que lo superian, así que, qué remedio.
Como decía, una noche de octubre fui invitada a una discoteca por una persona importante para mí actualmente, mi novio. Después de esa noche todo cambió. ¿Sabéis que cuando salís de una discoteca os pitan los oídos? Pues a mí el día siguiente no se me había pasado, y al día siguiente tampoco, ni al otro, ni al otro. Y todavía tampoco, lo cual se denomina tinnitus. Qué tontería, ¿verdad? Que algo tan insignificante afecte tanto.
Yo solía ser una persona que vivía por y para la música, cosa que no ha cambiado, pero la manera de vivirla ha cambiado indudablemente. Yo solía ser esa clase de persona que fuera adonde fuera, aunque tardara un minuto o una hora en el camino, siempre llevaba el iPod consigo. Era capaz de perder un tren el cual el trayecto duraba 2 minutos con la consecuencia de perder una clase, antes de dejármelo en casa. Era algo imprescindible.
Antes de que me ocurriera, solamente asistí a 4 conciertos, 3 de los cuales resultaron ser los mejores de mi vida. Uno de Rise Against y los demás de MUSE, nunca jamás los olvidaré.
Ahora no puedo permitirme ni eso ni asistir a discotecas, ya que para poder hacerlo tendría que ponerme unos tapones especiales o esos cascos enormes que se ponen la gente que hace obras, sino podría dañarme los oídos. Ahora cuando quiero escuchar música en mi casa tengo que vigilar a qué volumen lo pongo, pues sólo de pensar que podría hacerme algo de daño sólo pienso en bajar el volumen.
No me afecta no poder ir a ninguna discoteca, en su tiempo tuve que renunciar a beber alcohol pues tampoco puedo permitírmelo y sí, me lo pasaba bien, pero me da igual no poder ir. Aunque no puedo negar que no me afecte, pues mi pareja es deejay y siempre que podía iba a apoyarle, fuera donde fuera y ahora siempre tengo que quedarme en casa y pensar en cómo lo estará pasando sin mí. Pensar en qué pensará cada vez que me dice que se va a pinchar a alguna parte y sabe que no le voy a poder acompañar. Pensar en el futuro a su lado. Todo duele.
Pero lo que no quiero permitirme es no poder asistir a otro concierto de MUSE en mi vida, es duro pensar que pudiera suceder y me entra flaqueza y ganas de llorar.
En un comienzo me preguntaba, ¿por qué a mí? La típica pregunta que todos nos hacemos en algún momento de nuestras vidas. Todavía no he encontrado respuestas pero espero poder encontrar una solución, algo que me ayude a ver las cosas de otra manera, desde otro punto de vista.
Al principio de todo, casi cada día que me acordaba de ello me venía abajo y no podía parar, no paraba de pensar en cómo llevaré esto el resto de mi vida, no paraba de cuestionarme una y otra vez y eso me hacía más débil. La gente me preguntaba y al contarlo no podía evitar que se me llenaran los ojos de lágrimas. Por suerte esto ha cambiado bastante, y soy consciente de que no puedo lamentarme durante toda mi vida. Leí un libro que me ayudó muchísimo, el Secreto, el cual os recomiendo cuando estéis en algún momento bajo de vuestra vida.
Para finalizar, aclarar que me encuentro mejor cosa que no quiere decir que no siga pensando sobre ello cuando lo recuerdo. No dejo de pensar en los buenos momentos que viví antes de que todo ocurriera y me alegro de que sucedieran cada uno de ellos.
Gracias a las personas que me han apoyado aunque me alegro de que no podáis ni imaginaros cómo me siento. Espero que nunca os ocurra y sobre todo, andad con cuidado en algunas discotecas.
Viva la música y viva MUSE por encima de todas las cosas.
Al principio pensaba que no tenía por qué saberlo la gente que no me conociera, qué les importaba a todos ellos. Sólo quería decírselo a las personas más importantes para mí porque de hecho les iba a afectar indirectamente también. Pero finalmente, me di cuenta de que no tenía que controlar a quién decírselo y a quién no, en un futuro podría hacer nuevas amistades que también me interesaría que lo superian, así que, qué remedio.
Como decía, una noche de octubre fui invitada a una discoteca por una persona importante para mí actualmente, mi novio. Después de esa noche todo cambió. ¿Sabéis que cuando salís de una discoteca os pitan los oídos? Pues a mí el día siguiente no se me había pasado, y al día siguiente tampoco, ni al otro, ni al otro. Y todavía tampoco, lo cual se denomina tinnitus. Qué tontería, ¿verdad? Que algo tan insignificante afecte tanto.
Yo solía ser una persona que vivía por y para la música, cosa que no ha cambiado, pero la manera de vivirla ha cambiado indudablemente. Yo solía ser esa clase de persona que fuera adonde fuera, aunque tardara un minuto o una hora en el camino, siempre llevaba el iPod consigo. Era capaz de perder un tren el cual el trayecto duraba 2 minutos con la consecuencia de perder una clase, antes de dejármelo en casa. Era algo imprescindible.
Antes de que me ocurriera, solamente asistí a 4 conciertos, 3 de los cuales resultaron ser los mejores de mi vida. Uno de Rise Against y los demás de MUSE, nunca jamás los olvidaré.
Ahora no puedo permitirme ni eso ni asistir a discotecas, ya que para poder hacerlo tendría que ponerme unos tapones especiales o esos cascos enormes que se ponen la gente que hace obras, sino podría dañarme los oídos. Ahora cuando quiero escuchar música en mi casa tengo que vigilar a qué volumen lo pongo, pues sólo de pensar que podría hacerme algo de daño sólo pienso en bajar el volumen.
No me afecta no poder ir a ninguna discoteca, en su tiempo tuve que renunciar a beber alcohol pues tampoco puedo permitírmelo y sí, me lo pasaba bien, pero me da igual no poder ir. Aunque no puedo negar que no me afecte, pues mi pareja es deejay y siempre que podía iba a apoyarle, fuera donde fuera y ahora siempre tengo que quedarme en casa y pensar en cómo lo estará pasando sin mí. Pensar en qué pensará cada vez que me dice que se va a pinchar a alguna parte y sabe que no le voy a poder acompañar. Pensar en el futuro a su lado. Todo duele.
Pero lo que no quiero permitirme es no poder asistir a otro concierto de MUSE en mi vida, es duro pensar que pudiera suceder y me entra flaqueza y ganas de llorar.
En un comienzo me preguntaba, ¿por qué a mí? La típica pregunta que todos nos hacemos en algún momento de nuestras vidas. Todavía no he encontrado respuestas pero espero poder encontrar una solución, algo que me ayude a ver las cosas de otra manera, desde otro punto de vista.
Al principio de todo, casi cada día que me acordaba de ello me venía abajo y no podía parar, no paraba de pensar en cómo llevaré esto el resto de mi vida, no paraba de cuestionarme una y otra vez y eso me hacía más débil. La gente me preguntaba y al contarlo no podía evitar que se me llenaran los ojos de lágrimas. Por suerte esto ha cambiado bastante, y soy consciente de que no puedo lamentarme durante toda mi vida. Leí un libro que me ayudó muchísimo, el Secreto, el cual os recomiendo cuando estéis en algún momento bajo de vuestra vida.
Para finalizar, aclarar que me encuentro mejor cosa que no quiere decir que no siga pensando sobre ello cuando lo recuerdo. No dejo de pensar en los buenos momentos que viví antes de que todo ocurriera y me alegro de que sucedieran cada uno de ellos.
Gracias a las personas que me han apoyado aunque me alegro de que no podáis ni imaginaros cómo me siento. Espero que nunca os ocurra y sobre todo, andad con cuidado en algunas discotecas.
Viva la música y viva MUSE por encima de todas las cosas.
Foto izquierda: uno de los mejores momentos de los que hablaba @ Wembley Stadium (London)
Foto derecha: otro de esos momentos @ Palau Sant Jordi (Barcelona)
Ana, no tenía ni idea... quiero decir, sí, claro, lo habíamos hablado, pero no sabía que había llegado a esto, pensaba que era algo pasajero...
ResponderEliminarNo quiero meterme mucho en el tema, supongo que no es algo que te guste comentar, pero es la única solución? tapones?
La verdad es que no puedo imaginarlo.... en fin, no puedo hacer otra cosa que darte muchos ánimos y esperar a que nos veamos prontito, que ya tocaría, no? xD
Besotes, Ana!:)
Tranquila, puedo hablarlo sin problemas, intento que no me afecte. Pues sí... no hay soluciones :S de hecho hay bastantes músicos y guitarristas a los que les pasa lo mismo, incluso conozco a un batería al que le pasa. Hay personas a las que les pasa porque sí, no porque hayan tenido un trauma acústico. A esas personas a veces les viene, a veces les va... Pero en mi caso puede ser para siempre :S es imprevisible.
ResponderEliminarMe van a ir haciendo un seguimiento para ver si pierdo audición y tal, y eso, me dicen que no me exponga a ruidos fuertes, y que si lo hago sea con supermegatapones!
Y sí, tenemos que vernos ya!!! Esta semana que viene la tengo toda libre porque tengo semana blanca, pero a la siguiente semana tengo exámenes así que tampoco me puedo explayar demasiado xdd. Si tuvieras un hueco o algo me dices!! Sino ya más adelante........... jaajajajaj