martes, 22 de febrero de 2011

Y salió a la luz

Hoy es un día importante para mí, hoy voy a decirle al mundo entero algo que he estado escondiendo no, pero evitando continuamente. Hace ya cuatro meses ocurrió una de esas cosas que hace que te cambie la vida, que te tengas que acostumbrar a algo aparentemente permanente, y no precisamente hablo de una cosa buena.
No sé cuánta gente leerá mi blog, pero yo lo dejo para el que se quiera enterar.

Al principio pensaba que no tenía por qué saberlo la gente que no me conociera, qué les importaba a todos ellos. Sólo quería decírselo a las personas más importantes para mí porque de hecho les iba a afectar indirectamente también. Pero finalmente, me di cuenta de que no tenía que controlar a quién decírselo y a quién no, en un futuro podría hacer nuevas amistades que también me interesaría que lo superian, así que, qué remedio.

Como decía, una noche de octubre fui invitada a una discoteca por una persona importante para mí actualmente, mi novio. Después de esa noche todo cambió. ¿Sabéis que cuando salís de una discoteca os pitan los oídos? Pues a mí el día siguiente no se me había pasado, y al día siguiente tampoco, ni al otro, ni al otro. Y todavía tampoco, lo cual se denomina tinnitus. Qué tontería, ¿verdad? Que algo tan insignificante afecte tanto.

Yo solía ser una persona que vivía por y para la música, cosa que no ha cambiado, pero la manera de vivirla ha cambiado indudablemente. Yo solía ser esa clase de persona que fuera adonde fuera, aunque tardara un minuto o una hora en el camino, siempre llevaba el iPod consigo. Era capaz de perder un tren el cual el trayecto duraba 2 minutos con la consecuencia de perder una clase, antes de dejármelo en casa. Era algo imprescindible.
Antes de que me ocurriera, solamente asistí a 4 conciertos, 3 de los cuales resultaron ser los mejores de mi vida. Uno de Rise Against y los demás de MUSE, nunca jamás los olvidaré.

Ahora no puedo permitirme ni eso ni asistir a discotecas, ya que para poder hacerlo tendría que ponerme unos tapones especiales o esos cascos enormes que se ponen la gente que hace obras, sino podría dañarme los oídos. Ahora cuando quiero escuchar música en mi casa tengo que vigilar a qué volumen lo pongo, pues sólo de pensar que podría hacerme algo de daño sólo pienso en bajar el volumen.

No me afecta no poder ir a ninguna discoteca, en su tiempo tuve que renunciar a beber alcohol pues tampoco puedo permitírmelo y sí, me lo pasaba bien, pero me da igual no poder ir. Aunque no puedo negar que no me afecte, pues mi pareja es deejay y siempre que podía iba a apoyarle, fuera donde fuera y ahora siempre tengo que quedarme en casa y pensar en cómo lo estará pasando sin mí. Pensar en qué pensará cada vez que me dice que se va a pinchar a alguna parte y sabe que no le voy a poder acompañar. Pensar en el futuro a su lado. Todo duele.
Pero lo que no quiero permitirme es no poder asistir a otro concierto de MUSE en mi vida, es duro pensar que pudiera suceder y me entra flaqueza y ganas de llorar.

En un comienzo me preguntaba, ¿por qué a mí? La típica pregunta que todos nos hacemos en algún momento de nuestras vidas. Todavía no he encontrado respuestas pero espero poder encontrar una solución, algo que me ayude a ver las cosas de otra manera, desde otro punto de vista.

Al principio de todo, casi cada día que me acordaba de ello me venía abajo y no podía parar, no paraba de pensar en cómo llevaré esto el resto de mi vida, no paraba de cuestionarme una y otra vez y eso me hacía más débil. La gente me preguntaba y al contarlo no podía evitar que se me llenaran los ojos de lágrimas. Por suerte esto ha cambiado bastante, y soy consciente de que no puedo lamentarme durante toda mi vida. Leí un libro que me ayudó muchísimo, el Secreto, el cual os recomiendo cuando estéis en algún momento bajo de vuestra vida.

Para finalizar, aclarar que me encuentro mejor cosa que no quiere decir que no siga pensando sobre ello cuando lo recuerdo. No dejo de pensar en los buenos momentos que viví antes de que todo ocurriera y me alegro de que sucedieran cada uno de ellos.

Gracias a las personas que me han apoyado aunque me alegro de que no podáis ni imaginaros cómo me siento. Espero que nunca os ocurra y sobre todo, andad con cuidado en algunas discotecas.

Viva la música y viva MUSE por encima de todas las cosas.













Foto izquierda: uno de los mejores momentos de los que hablaba @ Wembley Stadium (London)
Foto derecha: otro de esos momentos @ Palau Sant Jordi (Barcelona)

domingo, 20 de febrero de 2011

Si fuera perfecto no se podría mejorar

Ayer fue un día especial. Con tan solo pensar que hace dos años y medio exactamente todo era tan distinto... siento algo que desea salir de mi interior. Algo pequeñito que quisiera volver a ese segundo exacto, a ese momento, ese día de agosto soleado. Tuve tiempo de aprovechar cada segundo y lo hice como nunca. No hay nada de lo que me arrepienta y eso lo mejora más todavía. He fallado, he querido, he abrazado, he observado, he tenido miedo de ver el futuro por temor a que pudiera ser mejor a lo que ahora consideraba lo máximo. No me cansaré de agradecerte todo lo que me has dado y lo que hemos aprendido el uno del otro. Simplemente fue como tuvo que haber sido, y seguirá siempre que lo merezcamos.

Y hoy un día nublado empezó y si además se tiene la obligación de que estudiar pues no ayuda nada. Una duchita para reponerse y nada más salir ver entrar el sol por la ventana. Es perfecto.

Una tarde acompañada de un pequeño descanso me espera al lado de una personita y más tarde la noche de las estrellas.
Actualizo para decir que me ausentaré unos días pues se avecina semana de exámenes.

A los que estén libres, deseo que terminéis bien la semana.


Have a Nice Day!

miércoles, 9 de febrero de 2011

Érase una mujer a unos ojos legañosos pegada

Se avecina una tormenta de exámenes dentro de dos semanas, con lo cual preveo unos días muy feos de estudio intenso... Días duros en los que se intentará comprimir en la cabeza lo que no se ha aprendido durante todo el trimestre. Pero no hablemos de cosas desagradables.

Hoy me he dado cuenta de los rituales que empleo cada día que me levanto y que, seguramente, todos hacéis también. Explicadle a alguien paso por paso lo que hacéis desde que suena el despertador, os sorprenderéis.

En mi caso:

Como ya dije anteriormente suelo despertarme antes de que suene el despertador, pero cuando eso pasa intento no mirar la hora para no tener la certeza de que falta poco tiempo para que suene o en otro caso, de que falten horas. Suena a las 8:15 a.m., siempre voy a pararlo a prisa. Después me quedo con el teléfono en la mano con los ojos cerrados y me pongo a pensar en lo que me voy a poner y entonces, unos segundos después, como por arte de magia ya han pasado dos o tres minutos, es increíble. Seguidamente, cojo la ropa que he decidido, me cambio, me pongo las gafas y cuando me voy a desayunar ya son las 8:25 a.m.
Vierto la leche en un vasito, la caliento y le echo nesquik combinándolo con tostadas con mantequilla o cereales. Ya son las 8:35 a.m. y voy a peinarme, lavarme los dientes, pintarme los ojos, ponerme los zapatos y aunque parezca mentira, ya son las 8:50 a.m. Faltan 5 minutos para marchar. Me pongo la bufanda y el abrigo, miro un poco las musarañas y me voy. ¡Hasta la una!


Hay días en los que estando dentro de la cama pienso: ¿por qué no me quedo aquí y ya está?


La vida es más fácil de lo que creemos.




Good Night (:

jueves, 3 de febrero de 2011

Desperté en un día cualquiera

Recuerdos, todo consiste en recordar. Pero en todo momento debemos estar seguros del presente en el que nos encontramos. Anoche tuve un sueño en el que me reencontraba con antiguas y recientes amistades. En él hubo un poco de todo, flirteo desenfadado, pensamientos irreales, buenas sensaciones y risas, muchísimas risas. Hace tantísimo tiempo que no me río de esa forma entre amigos. Me recuerda a una muy buena amiga que tengo demasiado lejos... con la que me reía tanto y por tantas cosas que creo que el tiempo se paraba para oír el eco nuestras carcajadas.
Volviendo al sueño... creí vivir fuera de él durante todo el tiempo. Me encontré con alguien cercano y le expliqué el sueño que tuve la noche anterior a esa misma que estaba ocurriendo. Le dije que soñé con él y por muy simple que fuera el sueño y apenas sin argumento, pues no hubo diálogo, nos hizo tanta gracia que nos echamos a reír como si fuera la última cosa que la vida nos permitiera. Un simple sueño me llenó de vitalidad y lo primero que hice al despertar fue percatarme de que había sido un eso, un sueño, pero que todo estaba de maravilla y me sentía tan descansada que, de repente, como si de mi cabeza hubiera salido, sonó el despertador. Tengo la costumbre de despertar justo antes que suene. Podrá parecer una ventaja, pero abrir los ojos y directamente pensar '¿tendré que levantarme ya?' No es precisamente agradable, pero lo que lo hace que lo sea un poquito es la música que me hace despertar.


Come let the truth be shared, no-one ever dared
http://www.youtube.com/watch?v=TqDXpoFpMrE

Podréis decir que la melodía que se pone de alarma es la que acabas odiando pero yo nunca podría despreciar tal terciopelo para los oídos.

Fue entonces cuando desperté esta mañana.


¡Buenas nochitas!

martes, 1 de febrero de 2011

Hoy por mí, mañana por mí

Uno empieza sus propósitos sabiendo lo que le va a llegar después o como mínimo teniendo una cierta idea de lo que se avecina. Cierto es que somos dueños de poquitas cosas y no podemos controlarlo todo, pero siempre tenemos fe aun sin saber realmente el motivo en que casi todo se realizará tal y como hemos previsto. Quizá lo que nos lleva a tener esperanza es que lo creemos posible y probable, y porque no nos gusta pensar que nuestro plan vaya a fracasar. Hasta que sucede.
La decepción, la primera sensación. Tu alrededor ya no se percibe de la misma forma y eso te hace cambiar la manera de pensar, de decidir, de cambiar el ciclo. El desánimo nos ayuda a decidir que ya no podemos con lo que queríamos y que hay que amoldarse con lo que nos hemos topado.

Y todo esto es lo que nos ha pasado a la mayor parte, por no decir todos, de los alumnos de Ciclos Formativos de Grado Superior. Resumidamente, nos van a obligar a hacer una mini-selectividad en caso de que queramos subir nota y las únicas opciones que nos dan son hacer exámenes de asignaturas que no hemos impartido, las cuales pertenecen a los bachilleratos, pues perdónenme, qué insensatez.

Desde aquí quiero mandar un mensaje al departamento de educación o mejor dicho, a todos aquellos responsables que a finales de diciembre decidieron empezar las vacaciones fastidiando por doquier.
Señores, si quieren aprobar dicha ley no lo hagan a prisa y corriendo por aplicarla porque de esta forma es cuando salen las cosas mal. Muchos de nosotros empezamos un ciclo por no jugárnosla en un examen y ahora resulta que en menos de un mes hemos tenido que asimilar y decidir de qué asignaturas queremos examinarnos y de dónde sacaremos el temario a estudiar.

Pues no nos quedará otra que amoldarnos.



Buenas noches.