domingo, 13 de marzo de 2011

Yo no lo hice, pero tú lo harás por mí

¡Buenos días!
Y tan buenos que ha salido el sol después del día de lluvia eterna de ayer.








Hoy quiero hablar de un libro que me estoy leyendo el cual se titula "El penúltimo sueño" y es de Ángela Becerra. Sólo tengo tiempo de leérmelo los fines de semana cuando cojo el tren, pero aún así lo devoro por segundos.

Trata de una historia de amor de las buenas en las que se puede palpar el propio sentimiento en el aire. Transcurre en el año 1939, si no recuerdo mal. Dos adolescentes se enamoran a través de las miradas, sí, algo a primera vista, pero es un amor imposible pues ella es de familia rica y él todo lo contrario. Aún así luchan con todas sus fuerzas y les hacen sufrir hasta hacerles sangrar el corazón. Al menos a mí me pasa que me meto tanto en el papel que realmente creo posible una historia así en la actualidad.
Pero ante todo, me gusta tanto esta novela porque todo gira entorno a un piano, a un chico y sus sonatas maravillosas que sólo serán escuchadas por un grupo selecto de personas, a la magia que desprenden las notas de un piano y los sentimientos que pueden hacer renacer. A un padre que no quiere que su propio hijo aprenda a tocar el piano por miedo a parecerse a su pobre abuelo, del que ni siquiera llegó a conocer sus más íntimos secretos y una vez muerto, se arrepiente de ello y se ve obligado a hacer una investigación a fondo para conocer cómo fue su vida. Y una vez arrepentido, le dice a su hijo que ya puede hacer lo que siempre quiso, tocar el piano.

Eso es lo que me va a pasar a mí, que cuando ya tenga una edad considerable me arrepentiré de no haber aprendido a tocarlo decentemente, y como frustración de ese sueño obligaré a mis hijos de bien pequeñitos a que lo toquen.

Todavía no he terminado el libro, pero queda totalmente recomendado.




¡Que tengáis un buen día!





Ana.

1 comentario:

  1. Yo de pequeña quería tocar el piano, pero mi madre me apuntó a clarinete. Aprendí en las clases de armonía algo de piano pero me quedé con ganas de saber más. Es un instrumento precioso.

    Un beso!

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